Una vez en el lugar más hermoso del universo vivía un niño llamado Sueño, el cual anhelaba crecer y conocer otros mundos. Sueño se la pasaba por allá en lo alto, por las nubes jugando y jugando todo el día.
Una vez Sueño se dio cuenta que él no crecía como crecían sus amigos, además empezó a sentirse muy débil y poco a poco perdió sus ganas de jugar.
Un gran día, llegó un mensajero que llevaba consigo un maletín muy especial que contenía alimentos para fortalecer y hacer crecer a Sueño.
Desde el mismo instante en que aquel mensajero llegó, Sueño empezó a sentirse mejor y mejor, ya que cada día aquel mensajero lo alimentaba con aquellos manjares.
Muchos caldos de constancia con fuerza, platos muy nutritivos de voluntad y trabajo, postres hechos a base de paciencia, fantásticos jugos hechos con decisión y lo más importante; lo trataba con mucha confianza.
Sueño creció y creció, y llegó a dejar de ser Sueño para convertirse en Meta. Meta siguió jugando, pero ya no por las nubes, sino en la tierra. Conoció otros mundos como la felicidad y la satisfacción, y un día no muy lejano, Meta dejó de ser Meta y se transformó en Realidad.
3 comentarios:
Hola Judith que alegria de leerte por aca, como me gusto este cuentito...yo quiero con todo mi alma ser mama, y se que vos tambien, asi que estoy segura que nuestros sueños tambien se van hacer realidad...te quiero mucho amiga!!!!
Hola Judith, vengo desde el blog de Nataly para conocerte y me ha gustado lo que he encontrado.
Este cuento me ha parecido muy hermoso.
Saludos, seguiré visitándote.
Gracias Naty y bego por sus bellos comentarios aqui las espero con mucho cariño,
Judith
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